jueves, 22 de septiembre de 2011

Pastillas contra el dolor propio

Sucede de vez en cuando, como consecuencia de uno de esos mal planificados e inoportunos reveses de la vida, que nuestro estado de ánimo desciende en caída libre hasta sus niveles más bajos y dolorosos, dejando el cuerpo vacío de fuerzas como si un violento tornado lo hubiese agitado internamente. Toda su habitual energía evaporada por efecto de una gran desilusión, un terrible engaño o una imperdonable traición. Encontramos, si es que todavía se hallan sus restos entre tanta desolación, el corazón oprimido por el dolor. Un dolor tan agudo que en ocasiones se vuelve físico y se pueden notar sus punzadas en el pecho, lamentos de un corazón malherido pidiendo ayuda porque necesita de primeros auxilios para volver a ser el que era. Qué indefensos nos encontramos ante situaciones como ésta pero ¿cómo protegernos ante el sufrimiento? Hemos inventado lo inimaginable en temas de prevención, todos orientados al accidente físico pero ¿qué hay del accidente emocional?
Pastillas contra el dolor propio. Un remedio contra el sentir, un blindaje emocional que nos facilitara el salir al paso ante los contratiempos sentimentales. Nuestros corazones agradecerían una nueva rama de la Ciencia que mostrara algo de compasión hacia ellos.

No hay comentarios: