tag:blogger.com,1999:blog-39199786019520632202024-02-19T16:32:12.334+01:00Desde mi sala de autopsiasNo sé mirar sin más. Soy analítica hasta el aburrimiento. Cualquier hecho cotidiano o recuerdo del pasado me da mucho para pensar. Se me acumulan los trastos, así que bienvenidos a mi particular sala de autopsias.Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.comBlogger45125tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-30278484036646164742013-04-14T21:00:00.000+02:002013-04-14T21:00:02.414+02:00Fuga de "tequieros"<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Uno de mis conocidos sufre por
amor y me pide consejo. La naturaleza debió darme cara de confesionario de
iglesia porque a diario despacho los sosiegos de quienes me rodean, lo quiera o no. El tema es sencillo, primero están, luego no están y cuando ya no
están, quieren volver a estarlo. Yo lo veo claro, pero lo cierto es que le
llevo unos años de ventaja. Para ellos, su historia se asemeja a un guión de
telenovela, llena de enredos e intrigas, encuentros y desencuentros. A mí, en
realidad me parece un conflicto resultado de un exceso de idealización de las relaciones
personales y de los altos niveles de hormonas que se tienen a esas edades.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Tenemos a dos personas dando
vueltas alrededor de un edificio buscando la manera de entrar en él. A una de
ellas se le ocurre entrar por la ventana del tercer piso usando la escalera de
incendios, mientras que la otra, en un alarde de originalidad, decide alquilar
un helicóptero que la dejará en la azotea para después lanzarse abrazado a un
colchón por el patio de luces, a lo Jason Bourne. Pero una vez dentro, resulta
que no se encuentran y entonces, fruto otra brillatísima idea y llenos de incontenible emoción, deciden dejarse
mensajes cifrados para informarse mutuamente de sus respectivas posiciones,
hasta que uno de los dos encuentre apasionadamente al otro, o hasta que ambos sucumban
al aburrimiento. Y digo yo, ¿no habría sido más sencillo entrar a la
vez usando la puerta principal? </span><br />
<span style="font-family: Calibri;"></span><br />
<span style="font-family: Calibri;">Pe</span><span style="font-family: Calibri;">ro resulta que en esto del amor,
todos le hemos dado cientos de vueltas al edificio antes de aprender que es mejor y más sencillo usar esa puerta. Nos hemos
devanado los sesos intentando adivinar el significado una mirada, o hacerlos casi
explotar analizando las múltiples posibilidades de un mensaje de texto del tipo
“Eres la persona que más me hace reir”. Hemos deseado llamar, pero al final
optamos por contemplar un teléfono que no sonaba y felicitarnos por nuestra determinación.
Que horrible manía esa de complicar en exceso las cosas y echar a perder el
tiempo. Allí estábamos, dando vueltas y más vueltas en torno a la persona que
teníamos justo delante cuando la dirección acertada era dar un paso al frente y decir, simplemente,
“te quiero”. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<o:p><span style="font-family: Calibri;"> </span></o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-2129851401564345052013-04-10T10:20:00.000+02:002013-04-10T10:20:01.063+02:00De la pupila al pimiento<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Una persona de mi pasado laboral
me acusó varias veces de mentir. Por aquel entonces, su opinión me importaba
tanto como el mejor acompañamiento de un buen filete de lomo: tres pimientos. Pero
el problema fue su enorme e insistente convencimiento de que mentía
sistemáticamente cada vez que teníamos una conversación y yo no lograba
averiguar de dónde procedía ese terco parecer. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Mi obsesiva intriga me llevó a
leer un sinfín de libros, ensayos y artículos especializados en el tema, buscando
reconocerme en las pautas que describían. Una postura concreta, un leve
movimiento del labio superior de la boca o un ligero parpadeo en el transcurso
una conversación pueden determinar, según las teorías de la comunicación no
verbal y numerosos estudios en el campo de la psicología, si un sujeto X dobla
los calcetines en forma de pelota en el cajón de su cómoda o si por el
contrario los apila extendidos, dos a dos. La cantidad de información que se
puede extraer de la simple observación de pequeños detalles en los individuos,
dicen, es cuantiosa y fiable. Hay algunos expertos en la materia que afirman
saber qué esconde una persona en lo más recóndito de su mente tras mantener una
pequeña conversación, aunque el tema sea completamente ajeno a lo que se trata
de averiguar y existen otros que se consideran verdaderos polígrafos humanos
observando el porcentaje de humedad de la piel del sujeto ante una respuesta o
el ángulo de inclinación de la línea que trazan los botones de su camisa.
Admirable.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Cuando parecía que el misterio
quedaría sin resolver, una última conversación zanjó mis dudas. “Lo veo en tus
ojos”, me dijo inflando el pecho cual orgulloso pavo de corral. Atónita pero
emocionada por poner fin a mi sosiego, pedí que me revelara el indicio que convertía
involuntariamente en mentira cualquier cosa que saliese de mi boca y, como si
se tratara de un maestro alquimista revelando ante el consejo de sabios la
fórmula que convierte en oro hasta la panceta, me espetó: “Se te dilatan las
pupilas”. La decepción fue mayúscula, menudo charlatán de mercado. Aquello no
era un indicio de manual, al menos no en mí. Mis pupilas son gigantes de
nacimiento y objeto de curiosidad de todos los oftalmólogos por los que voy
pasando, como buena miope, hasta el punto de haberme preguntado en varias
ocasiones si había sufrido algún accidente grave. Desde entonces, este tipo de
análisis me importan otro par de pimientos pero después de haber aprendido
tanto sobre la comunicación no verbal me divierte, como no llegaréis a imaginar,
jugar al ratón y al gato con entendidos como éstos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-78383503598354102542013-04-03T20:31:00.001+02:002013-04-11T23:21:30.353+02:00Doscientas cartas a Ted<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Se dice del amor que es ciego y
que puede hacer enfermar a una persona. Es un sentimiento tan potente, y a
veces devastador, que sus efectos se asemejan según los psicólogos a los
producidos por ciertas drogas. Por ser como es, por conocido y cotidiano,
comprendemos multitud de situaciones extravagantes donde el amor es protagonista
y para la mayoría, curados de sorpresa o espanto, quizá no exista ya nada difícil
de comprender. Pero en ese grupo no me encuentro yo, un individuo y su turbulenta
historia rondan mi cabeza frecuentemente. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"></span> </div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">“Querido Ted…” Estas dos palabras
son las que martillean mi cabeza y las cien siguientes, las que me intrigan. A
menudo intento imaginar cómo sería el resto del texto, qué palabras de mujer
enamorada sucederían este sentido y breve saludo, pero lo que resulta parece un
monólogo macabro y oscuro, muy incómodamente difícil de creer. Debo de
tener una imaginación torpe y limitada, porque lo cierto es que 200
composiciones como ésta llegaban a diario a la celda del señor Theodore Robert
Bundy hasta que la justicia libró a la sociedad americana de su presencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Constantemente pienso qué puede
llevar a una mujer, mentalmente sana, a declarar apasionadamente su amor a un
violador y asesino de la talla de Bundy. Es cierto que el hombre tenía un gran poder
de seducción y manipulación con las mujeres, pero desde la distancia que le marcaban
las paredes de su celda, me inclino a pensar que en el fondo, estas pobres
enamoradas creían tener la llave de la redención para este bastardo, del mismo
modo que la décima novia de un hombre infiel asegura poder cambiarlo. Quizá el
amor, como la más dañina de las drogas, también se lleva por delante unas
cuantas neuronas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-52086426071475452712013-02-20T21:28:00.000+01:002013-02-20T21:28:54.724+01:00Que me hagan los deberes<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">De los años de la
universidad recuerdo a varios compañeros que, faltos de ganas o de capacidad para
realizar algunos de los proyectos o prácticas que se nos exigían en ciertas
asignaturas, recurrían a la compra de algún compañero que lo hacía por ellos.
Lo único que les importaba era el título final y cómo conseguirlo era lo de
menos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Pagar a otros para que hagan lo
que nosotros no sabemos hacer es lícito, es la base del comercio. Como no sé
arreglar mi coche, contrato un servicio mecánico. Cuando no sé qué hacer con mi pelo, pago
a una peluquera. Pero, ¿qué cara pondría mi jefe si le dijera que necesito
contratar a alguien para que haga el trabajo que me fue asignado porque resulta que no
sé hacerlo? Atónito diría, con absoluta seguridad y una lógica aplastante, que no soy la persona adecuada para
ese puesto y me pondría en la calle antes de poder replicar que tan sólo realizaba un sondeo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Pero resulta que en estos días aparecen en los
medios numerosos cargos públicos del país que me recuerdan a mis antiguos
compañeros. Son personas que fueron elegidas por la sociedad para desempeñar un
trabajo de gestión y se les paga por ello, pero ante su incompetencia para
hacerlo han comprado a otros para que lo hagan en su lugar. No saben gestionar
el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sistema sanitario y deciden privatizarlo,
no saben llevar las competencias de un Ministerio y contratan tropecientos
asesores que les resuelvan el entuerto. Algunos, rizando el rizo, ni siquiera saben redactar sus
propios discursos y se vuelven locos intentando descifrar ante las cámaras la
letra de otros. Reconocen públicamente de esta manera ser unos inútiles y esto
me preocupa porque se les está consintiendo conservar su trabajo. Y yo me pregunto, si no saben
gestionar, ¿qué hacen en su puesto? La lógica en este país está fallando y en tiempos
de crisis los inútiles, nos sobran.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-40990519908354616792013-02-17T13:43:00.000+01:002013-02-18T21:59:14.159+01:00Artistas de La Ribera<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">No es mi cumpleaños, no me han
ascendido y ni mucho menos estreno casa, sin embargo, acabo de descorchar un
Carramimbre crianza y brindado por todo lo alto porque la ocasión lo merece. Mi
tierra está de enhorabuena. La Ribera del Duero rubrica largos años de trabajo
constante y eficiente para llevar a lo más alto la calidad de sus caldos,
dejando atrás la sombra que proyectaba sobre sus bodegas la noble y tradicional
Denominación de Origen Rioja para cruzar fronteras y conquistar el Wine Star
Award como Mejor Región Vinícola de 2012.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Me gusta el vino. Me gusta el
calor que me envuelve cuando lo saboreo rodeada de amigos, degustando una buena
carne a la brasa o de tapeo por las calles del casco viejo de mi ciudad. Me
gusta visitar las grandes bodegas cuyos nombres hacen que tiemble el dinero de
mis bolsillos, así como las pequeñas cuevas particulares que enterradas bajo
tierra conservan prensas humildes y centenarias. Pero también me gusta mi
tierra, y me enorgullece saber que mis paisanos castellanos, de espíritu
conservador y raramente emprendedor, han creído en el oro líquido de nuestra
ribera hasta el punto de lograr este reconocimiento internacional.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Brindo porque nuestro vino, de
origen humilde, se haya vestido de gala con el saber hacer de los bodegueros, enólogos,
responsables de marketing e I+D, y cómo no, de los apasionados diseñadores
gráficos de la tierra, a muchos de los cuales tengo el gusto de conocer, que
luchando a brazo partido contra la tradicional visión de los grandes señores
del vino han logrado imponer su criterio profesional para potenciar la imagen
de marca, haciendo del vino un producto de permanente actualidad y atemporal. Este gran éxito también es suyo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-79310099680188211712013-01-15T21:37:00.000+01:002013-01-15T21:39:47.127+01:00El taxi de Michael O'Leary<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="font-family: Times New Roman;">
</span>No es extraño hojear los
titulares de la prensa, en un día cualquiera, y encontrarse con personajes como
Michael O’Leary, Consejero Delegado de Ryanair, saliéndose de plano. Lo verdaderamente
extraño es sorprenderse de que gente así exista. Ya sea por un comentario salido
de tono, un amplio corte de mangas al sistema tributario o el abuso de influencias,
por separado o todo a la vez, son muchas las cabezas poderosas que servirían de
ejemplo.</span><span style="font-family: Calibri;"> </span></div>
<span style="font-family: Calibri;"></span><br />
<span style="font-family: Calibri;"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
Que el señor O’Leary le apeteciese
convertir su Mercedes en un taxi, para beneficiarse de los carriles reservados
para los autobuses de Dublín y así ahorrarse los atascos, no debería dejar a
nadie con la boca abierta. Ya conocemos de sobra por aquí a unos cuantos que lo
hicieron con sus coches oficiales para ahorrarse el autobús escolar o llegar a
tiempo a la peluquería. Tampoco que prefiera darle un uso grosero a su lenguaje,
con frases como “camas gratis y mamadas” para describir los viajes en primera
clase, dejando claro que la buena educación no se consigue con diplomas. En su
día, algunos micrófonos abiertos también nos dejaron oír frases como <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">“</b><strong><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-weight: normal; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-weight: bold; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Hemos quitado un puesto
en Caja Madrid a un hijoputa”, por cortesía de Esperanza Aguirre, aunque
también hubo otras como Andrea Fabra que no lo necesitaron, prefiriendo soltar
un “¡Que se jodan!” a voz en grito.</span></strong></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<strong><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-weight: normal; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: Helvetica; mso-bidi-font-weight: bold; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">La realidad es que para llegar a lo más alto se necesitan cualidades casi
siempre incompatibles con los principios éticos universales. Los honestos y los
humildes rara vez encabezan esos puestos, y los que lo consiguen no suelen dar
de qué hablar. La soberbia, en cambio, junto con la mentira, el cinismo y la
falta de empatía suelen dar mejores resultados cuando uno quiere estar por
encima de los demás. ¿De qué nos sorprendemos entonces cuando alguien como O’Leary
es portada y sus cualidades como persona salen a la luz?</span></strong></div>
</span><span style="font-family: Times New Roman;">
</span><br />Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-75133213294654654012012-11-14T23:39:00.001+01:002013-01-15T19:41:05.035+01:00Los verduleros de Colón<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Hacía tiempo que no escuchaba el
discurso de un sindicalista y los de cuatro de hoy me han impresionado. He sido
testigo del fin de fiesta en Madrid de la Huelga General en este 14-N,
respetando la nomenclatura de moda, escuchando a los que en el escenario de la
plaza de Colón decían tener algo que decir. Y mi sensación fue que no dijeron
nada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Hablar, hablaron. De sus bocas
salían palabras y de los micros, sonidos, pero en esencia fue como comerse un
pastel al que alguien olvidó añadir azúcar. Asistí esperando oír algo
motivador, pero no hubo sorpresa, explosión de sabor, deleite para el paladar,
regusto a delicatesen,…Tan sólo hubo más de lo mismo y lo trágico de la
situación es que, más de lo mismo, hoy ya no sirve. La situación que vivimos es
tan extraña e insólita que se echan de menos discursos innovadores, propuestas
y métodos que vayan más allá de lo ya conocido en la era sindical. Por contra,
tuve la sensación de toparme con un grupo de verduleros de mercadillo que leían
mecánicamente discursos fáciles, oxidados y manidos. Discursos que bien podrían
ser los de hace cinco, diez o quince años, atemporales, como el sermón del
párroco de iglesia o el discurso de Navidad del Rey. Las mismas caras, los
mismos gestos. En definitiva, más de lo mismo. Creo que los tiempos que vivimos
nos obligan a reinventarnos, a aplicar el I+D+I que tan bien funciona en los
procesos industriales para avanzar un poco más, para salirse de esta cultura
rancia sindical que nos está tocando padecer. Depurar sus filas y realizar un
lavado de cara a esta valiosa herramienta de los no empresarios de España, por
el bien de todos. Hace falta renovarse innovando, y pongo un ejemplo: evitar
que el vago de turno se convierta en el próximo enlace sindical apostando por figuras
rotativas, al estilo presidente de la comunidad de vecinos o delegado de la
clase, de tal manera que la representación de los trabajadores fuera una tarea
de todos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Sea la mía válida o no, lo
importante es que las ideas innovadoras llevan a quien las esgrime a la cabeza
de la evolución y si no se evoluciona, se corre el peligro de quedarse obsoleto
como le está ocurriendo al abanico de grupos sindicales que se mueve sin tener
en cuenta la dirección en la que hoy, 14-N, sopla el viento.</span></div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-56657754209309958742012-10-23T23:59:00.000+02:002013-01-15T21:53:36.499+01:00Cuando no hay consuelo<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">No es posible consolar cuando no
hay consuelo, y sin embargo lo intentamos. Yo lo he intentado a las ocho de esta
tarde, sabiendo de antemano cuán inútil resulta y quedándome con el sabor vacío
de pronunciar palabras que no ayudan. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Palabras huecas que resuenan en
las paredes de cualquier tanatorio. Un lugar, como los hospitales, al que llevo
de muy mala manera tener que acudir. La tristeza que ambos transmiten se me
mete como el frío de la niebla en en el cuerpo y cuesta hacerla salir, pero lo que peor llevo
es la impotencia que me causa estar por estar. Y digo estar por estar porque la
presencia de las personas rara vez ayuda en cualquiera de estos dos lugares, no
resuelve el problema. Acudimos, permanecemos, nos despedimos, pero la
enfermedad y el dolor se quedan. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Mis compañeras de trabajo han
perdido a una madre, todavía joven, tras duros meses de luchar contra la
leucemia. De mi boca no ha salido un “te acompaño en sentimiento”, os lo
garantizo, sino “Menuda gran putada. Que no nos toque a nadie lo que estáis
pasando vosotras”. Y es que, humano como es, no dejaba de pensar en que todos los
allí presentes suspirábamos en realidad con cierto alivio porque en el sorteo
de la muerte nuestros números y los de aquellos a quienes más queremos seguían
sin salir. La vida continuaba ahorrándonos ese duro trago, esa gran putada para la
que no hay consuelo posible y que lo único que quizá alivie a quien la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>padece sea reconocer humanamente lo que es. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Ya de camino al coche, sacando
conclusiones como de costumbre, volví a reafirmarme en mis principios,
macerados tras varias experiencias similares. Que la vida es para exprimirla
cada día, desde el instante en el que nuestros ojos despiertan, ya es
vida. Que hay que disfrutar el instante, porque del presente somos dueños y el
futuro no nos lo garantiza nadie. Y que las cosas importantes no se deben hacer
esperar si es posible hacerlas en el momento que vivimos. Lo siguiente que hice
fue conectar el manos-libres y llamar a mi madre.</span></div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-11124014934055002422012-10-07T16:35:00.000+02:002012-10-26T23:01:59.128+02:00A Chávez le faltan cajas<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Hugo Chávez no quiere irse, está
nervioso e indignado. Hugo ha hecho de Miraflores su hogar y habría que ser de
piedra para no entender el dolor que le produce pensar en una posible mudanza, con
lo tediosas que resultan. Yo, que sufrido cuatro, no se las deseo ni al peor de
mis enemigos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Las mudanzas son un trastorno, un
ir y venir de objetos tanto útiles como inútiles que hay que trasladar de
manera organizada de un punto de origen a un punto de destino, y para los
cuales nunca hay suficientes cajas. Es un momento muy incómodo en el que todo
lo que se utiliza cotidianamente debe ser embalado y por un periodo de tiempo,
más o menos largo, se nos restringe su uso. Pero aunque se deja para el último
momento lo más necesario y fundamental, siempre te enfrentas a la frustración
de haber empaquetado erróneamente el cepillo de dientes, las gafas de cerca o
el secador de pelo. Y cuando por fin todo llega a su destino, pese a todos tus
esfuerzos por mimar los bultos, siempre se rompe algo de gran valor sentimental
o te vacías de sentimientos cuando descubres que eres incapaz de identificar en
cuál de las trescientas cajas guardaste la copia de la llave del coche. Ya
aparecerá con el tiempo…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Compadezco a Hugo por la
situación a la que se enfrenta. Debe estar realmente angustiado con esto de
organizar una mudanza para haber amenazado con provocar una guerra civil con
tal de evitarla. Quizá a Henrique Capriles no le importe que Hugo conserve allí
su domicilio y prefiera trasladarse a una residencia más moderna, acorde a su
generación, donde despachar los asuntos del Estado. Que se apiade del pobre
Hugo al que no le va a dar tiempo a recolectar por los contenedores de papel
cajas de cartón suficientes para guardar doce años de estancia, se lo digo por
experiencia.</span><br />
<span style="font-family: Calibri;"></span><br />
<a href="http://noticias.univision.com/america-latina/venezuela/elecciones-venezuela/ultimas-noticias/article/2012-09-11/hugo-chavez-guerra-civil-elecciones-presidenciales-venezuela#axzz28cnPTbuJ">http://noticias.univision.com/america-latina/venezuela/elecciones-venezuela/ultimas-noticias/article/2012-09-11/hugo-chavez-guerra-civil-elecciones-presidenciales-venezuela#axzz28cnPTbuJ</a></div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-50830825178573576842012-09-24T00:10:00.000+02:002012-10-07T16:38:10.951+02:00Energúmenos<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Interiormente agitado</i> es la diplomática manera que tenían los
griegos de llamar a aquellas personas idas, locas de atar, perturbadas, arrebatadas
o furiosas a las que yo prefiero llamar energúmenos, por no decir <i style="mso-bidi-font-style: normal;">poseídos del demonio,</i> que serviría
correctamente como acepción pero que su uso en el desarrollo de este post se me
antoja más largo de escribir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">De estos seres encontramos muchos
a diario. Tenemos energúmenos que deciden pasearse por la autovía en sentido
contrario, energúmenos que destrozan mobiliario urbano a la salida de un
partido, los hay que apuñalan a sus parejas y también hay energúmenos que
queman a sus hijos en la finca familiar. Reconozco que definir a estos seres
como personas interiormente agitadas se me antoja tan ridículo como lo sería calificar
a un terrorista de persona políticamente agitada. Los griegos se quedaron
cortos y por eso me quedo del lado de Santo Tomás de Aquino que los
diagnosticaba como endemoniados o poseídos del demonio y les recetaba
convenientes exorcismos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Energúmenos como éstos ya sabemos
que abundan, pero el que me preocupa especialmente es el que le ha roto cinco
de sus dientes y una muñeca, con la hebilla de un cinturón, la pasada madrugada
a un joven miembro de mi familia cuando regresaba a su casa, y que de no ser por
la pareja de municipales que consiguió quitárselo de encima, quizá el post no hubiera
hablado de perturbados sino de asesinos. Sólo deseo que los exorcismos
contemporáneos que nuestra Justicia practica para este tipo de seres sean más
eficaces a la hora de barrer demonios de nuestras calles.</span></div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-57433703666222711262012-09-02T01:50:00.000+02:002012-09-02T02:00:42.224+02:00Si yo tuviera un iMando<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Hay momentos en los que mi cuerpo
me pide reescribir mi historia. Como si de una película de ciencia ficción se
tratase, desearía con todas mis fuerzas disponer de un
super-mega-atómico-cuántico-teletransportador iMando a distancia que
rebobinara unos cuantos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">frames</i> en mi
vida y que me colocara en el momento exacto en que tuve que tomar ciertas decisiones.
Conozco de sobra las teorías sobre las consecuencias de ese tipo de acciones,
varias veces habré visto “El efecto mariposa” o “Los cronocrímenes”, pero sin
duda volvería a anticiparme a ciertos puntos de inflexión en los que le tapé la
boca a la voz de mi conciencia y dejé sin sentido a mi sentido común. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Errar es de humanos y de los
errores se aprende. Somos la experiencia que acumulamos y ésta engloba tanto
los aciertos como los fallos derivados de nuestras elecciones. Arrepentirse de
las decisiones tomadas es generalmente un acto muy fácil y en ocasiones
cobarde, pero no es éste mi caso. Mi sentido del arrepentimiento lo genera el haber
desoído a mi sentido común dejándome llevar por ciertos pálpitos que lejos de
proporcionarme lucidez me llevaron a un estado de euforia, al estilo jugador de
Las Vegas, que dejó casi en manos del azar el curso de los acontecimientos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Tengo mucha fe en esto que
llamamos sentido común, lo aprecio como al mejor de mis amigos y lo estimo como
consejero. Bien es cierto que si decido subirme en una bicicleta, mi sentido
común no evitará con total seguridad que un frenazo a la desesperada me lance
de cabeza, pero de tener que ocurrir, quizá me hubiese animado a llevar un
casco en ella minimizando así las consecuencias. “Ridiculousness” o “1000 maneras de morir” son programas
plagados de ejemplos gráficos que demuestran perfectamente lo que ocurre cuando no se aplica
este principio. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">A la hora de tomar decisiones hay
que hacerlo con valentía y aunque ni el mejor de los consejos nos asegura
acertar con el camino elegido, respetando nuestros principios y guiándonos por
nuestro sentido común sin duda tendremos menos probabilidades de arrepentirnos.
Y otra cosa que conviene recordar es que la suerte, no existe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<o:p><span style="font-family: Calibri;"> </span></o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-57416080781249766602012-07-12T12:43:00.001+02:002013-01-15T21:50:23.243+01:00Mariano, ese diestro<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Ayer fue un día fatídico para
todos aquellos a los que cien euros menos a final de mes suponen un gran
sacrificio. El Gobierno hizo público un nuevo plan de medidas mutiladoras de la
economía doméstica, que parece ser la única fuente de recaudación en este país.
Las piernas nos temblaban a medida que Rajoy avanzaba en la lectura de sus
documentos y el Salón de Sesiones del Congreso adquiría nuevos matices
hermanándose con Pamplona en la celebración de San Fermín.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Calibri;">En un momento serio, doloroso y
delicado para las familias y los empresarios, la sala noble del Congreso se
convirtió para el grupo mayoritario en la Monumental de Las Ventas, rindiendo expectación
a un Mariano torero que, ejecutando sus mejores recortes, levantaba ovaciones
entre los suyos. Mutilación tras mutilación sobre la piel de toro de España, la
euforia en el graderío crecía entre vítores, aplausos y jaleos, destacando
entre ellos un “¡¡A trabajar!!” dedicado al público en paro, funcionariado y
liberados sindicales. Al terminar la faena, el diestro recibió a una plaza
entregada que puesta en pie, se deshacía en aplausos premiando su histórica
actuación. Tan sólo unos pocos permanecían sentados asistiendo estupefactos a
la ceremonia de alternativa que el Presidente y los suyos habían decidido
celebrar sin previo aviso, haciendo de lo serio y trascendental un espectáculo
para el agrado de Bruselas una vez más.</span><br />
<span style="font-family: Calibri;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Pero lejos de ser el diestro
quien abandonara el Hemiciclo por la puerta grande, fue su cuadrilla al
completo la que, sin esperar a que concluyera tan decisiva jornada, abandonó
el coso en dirección a la cafetería dejando allí plantados al resto de grupos
parlamentarios, a sus representantes con la palabra en la boca y a los
ciudadanos como yo con la sensación de que quienes más ejemplo deben dar
en esta desastrosa situación, practican la prepotencia y el absentismo laboral de
manera pública y con total impunidad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Así lo ilustra Pat</span>: <a href="http://loscalvitos.com/2012/07/11/patriotas-de-hojalata/"><span style="font-family: "Helvetica Neue", Arial, Helvetica, sans-serif;">los calvitos.com</span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-21018308662360936102012-07-01T20:46:00.000+02:002012-07-03T14:14:50.143+02:00Extinguiendo la clase media<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Ver un informativo en los tiempos
que corren supone practicar un deporte de riesgo. Es para echarle valor, un
corazón poco preparado podría paralizarse en segundos tan sólo escuchando el
resumen inicial de cualquiera de ellos. Sobresalto, tras sobresalto. Lo que es
una mala noticia hoy, no resulta tan negativa comparada con la que se anuncia
al día siguiente, dos veces más trágica. Hay quien ya ha sustituido los
lacrimógenos dramas románticos de Hollywood por los informativos de las nueve
cuando añora llorar a moco tendido buscando liberar tensiones. Pero, por muy
duro que sea, hay que arremangarse la camisa, sentarse frente al televisor y
tomar el pulso de la actualidad con coraje e inteligencia. Tenemos que conocer
a qué nos enfrentamos, aunque duela, pero además saber leer entre líneas lo que
a medias tintas nos cuentan.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Rescates que no se llaman rescates,
subidas de impuestos que no subían, deudas territoriales que no lo eran, créditos
que empobrecen, amnistía para el que evade sus obligaciones con Hacienda. Resulta
complicado entender la situación en la que estamos tal y como se explican
aquellos que nos representan. Nos obligan a recordar aquellas lecciones de
literatura, en los años del bachillerato, donde se nos enseñaba lo que eran los
eufemismos, las hipérboles, las metáforas y los símiles o comparaciones, ya que
si de algo puede presumir nuestra clase política es del excelente uso de los
recursos estilísticos en sus comparecencias a fin de demostrar la riqueza y
polivalencia del castellano, y con un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">donde
dije digo, digo Diego</i>, dejarnos a todos con la boca abierta. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Yo, que siempre intento estar al
día, he echado mano de mis apuntes y me he puesto manos a la obra para
descifrar esta Piedra de Rosetta que el Gobierno nos está tallando. Aunque la
conclusión de mis observaciones no es nada alentadora. Tras un minucioso
estudio, todo apunta a la existencia de un entramado de medidas diseñadas para
acabar con la clase media. Una clase media que, a pesar de su tierna edad, ya
escalaba posiciones sociales a costa del esfuerzo económico, los logros
personales y la excelencia académica de muchos de sus miembros. Sin embargo, lo
que parecían pequeñas fisuras en la pirámide se están convirtiendo en
profundas grietas a golpe de decreto y bajo el temporal desatado, el campo base
no deja de poblarse ante la imposibilidad de resistir y no digamos continuar
ascendiendo. Los motivos que han impulsado esta estrategia no están
suficientemente claros, pero si la salud de un país se evalúa en función de la
salud de su clase media, el nuestro hace tiempo que se dirige en camilla hacia
la Unidad de Cuidados Intensivos.</span></div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-81985804562308689192012-06-18T01:08:00.000+02:002012-06-18T01:10:41.938+02:00Alergias de verano<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: Calibri;">Hay tres cosas que con la llegada
del verano me producen alergia: las picaduras de mosquito, el melón y las
camisetas de tirantes. Hablo de esas camisetas de algodón que los hombres, a
cierta edad, comienzan a llevar debajo de sus camisas y sin relación alguna con
la estación en curso.</span><br />
<br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Aunque su función no la tengo
clara, en invierno abrigar más el torso del sujeto y en verano yo diría que lo
mismo, lo cierto es que la camiseta interior de tirantes le llega al hombre de
la misma manera que le llegan las canas y la tripita, sin quererlo y sin darse
cuenta. Y no hay vuelta atrás, cuando esta prenda perenne se cuela en el
armario de un hombre jamás vuelve a salir de él. Se instala, arraiga y florece
en tonos blanco, azul o marrón pálido, pues no se conocen por el momento otras
variedades, y al tiempo se le unen, de manera inexplicable, el sombrero de
paja, la gorra de propaganda, las zapatillas de rejilla y el llavero
balanceándose en el borde de los bolsillos.</span><br />
<br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Un erudito de la moda de
caballero, caballero fino y elegante como los de antes, afirmaba hace unos días
aborrecer la camisa de manga corta, desconocer quién fue su inventor y
aconsejaba firme y enojadamente desterrarla de los armarios. Inquisidor más
bien, a mi modo de ver las cosas, que anteponía anticuadas reglas de protocolo escritas
a la necesidad lógica de aligerar las prendas con la llegada del calor para
comodidad de quien las lleva. No tengo la más mínima intención de sugerir lo
mismo con respecto a esta camiseta, pero sí aconsejaría a quien la lleve en
verano que la camisa que la cubra, por favor, no transparente.</span></div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-6694879490398076342012-05-30T22:04:00.000+02:002012-05-31T12:40:40.130+02:00Obsolescencia programada, y quizá consentida<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Estreno móvil nuevo, a mis ojos así parece. Para cualquier otro, mi móvil sería viejo contando tan sólo con tres años de vida. Es un Nokia que siempre ha funcionado bien y cuyos únicos desperfectos, varias grietas en la carcasa producto de torpes caídas, han sido solucionados fácilmente comprando una nueva. Tengo un móvil nuevo por sólo ocho euros pero esta solución, aparentemente práctica y sensata, ha sufrido y todavía sufre permanentes críticas. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Mucha gente me recomendaba conseguir otro a base de llamadas de ida y vuelta entre compañías telefónicas para negociar, renegociar e incluso amenazar al operador de turno. Este es mi tercer teléfono desde que en el año 2000 mis padres pusieron uno en mis manos. Puedo recordar que de los tres, es el primero con pantalla a color y sonidos polifónicos, y todos me han servido perfectamente durante estos doce años. Es cierto que los teléfonos que me recomiendan mis allegados son de ultimísima generación, pero los encuentro demasiado grandes, la duración de su batería insuficiente y los avisos <em>wassup</em>, verdaderamente molestos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La realidad es que no necesito uno nuevo mientras el actual no me mande a paseo. Lo ocurrido con mi teléfono podría resultar un suceso aislado, otra cabezonada mía que narrar pero recientemente he tenido el placer, grandísimo placer, de ver el documental “Obsolescencia programada” y mi experiencia se ha convertido en un ejemplo más de este concepto. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Influenciados por las filosofías que impulsan el crecimiento de las economías y por las técnicas de marketing, tratamos continuamente de adquirir algo un poco más nuevo, un poco mejor y un poco antes de necesitarlo, alimentando así un sistema económico mundial que busca crecer por crecer indefinidamente. Un sistema que fabrica para que las cosas sean reemplazadas constantemente o incluso desechables, un sistema que pone fecha de caducidad intencionadamente sobre nuestros productos buscando que su obsolescencia nos obligue a adquirir otros nuevos. Bombillas que se funden antes de lo esperado, impresoras averiadas en pocos años, baterías de dispositivos electrónicos irremplazables, teléfonos móviles que fallecen en el primer golpe o que no paran de evolucionar año a año, son sólo algunos de los síntomas de la Obsolescencia Programada, una estrategia de consumo motor de un sistema que nos hace creer que adquirir productos nos proporciona felicidad, pero si esto fuera cierto ya deberíamos ser absolutamente felices.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="color: #b45f06; font-family: Calibri;">Documental:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><a href="http://http//vimeo.com/18610690"><span style="color: #b45f06;">http://vimeo.com/18610690</span></a><span style="color: #b45f06;"></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-79060477644727769942012-05-18T00:33:00.000+02:002012-05-18T00:33:16.092+02:00Dos ojos color miel<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Apenas cinco segundos de intensa
mirada bastaron para el flechazo. A la hora en la que los monitores por fin duermen
y los fluorescentes no parpadean, ambos nos encontramos cara a cara en la fría quietud<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de un polígono. Conectamos, nuestros estados
de ánimo coincidieron, buscando la cercanía de otro que agradeciera un gesto de
afecto. Premisa necesaria para un encuentro, premisa obligada para que mi mano
se acercase a su cara y, rozando suavemente su mejilla, terminase recorriendo
su espalda. Un arco recorrió mi palma y, al instante, giró sobre sus pasos
buscando reiniciar aquella sucesión de gestos. Sus ojos entrecerrados
transmitían placer; la columna, tensa, reclamaba más atención y el silencio
meloso dejó paso a un entrañable “rum, rum”. Nos comportábamos como amigos
aunque momentos antes fuésemos dos completos desconocidos. </span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">En aquel instante pensé en
aquellos a quien conocía y que insistían en dejarme claro su fobia hacia los
gatos, recalcando sus desaires, sus gestos traicioneros. En definitiva, su carácter.
Resulta curioso, un animal repudiado por demostrar tener carácter. Un pequeño
mamífero con contada inteligencia que demuestra tener recursos suficientes para
dejar claro que tiene algo de personalidad. No me parece algo reprochable sino
más bien una cualidad para admirar. Es fácil obtener la atención de un perro,
animal que sin duda atrae todos los favores de los contrarios a los gatos,
acercarse a él y obtener un lametón en la mano. Fácil, sin duda; meritorio, no
tanto. Prefiero que un animal se acerque a mí por el placer sincero de hacerlo,
no por su conducta predispuesta, casi autómata y programada. Mi nuevo amigo ha
elegido serlo, aún pudiendo seguir cabeceando al sol, y eso le honra. Otros de
su clan nos observan desde lejos, dejando claro que no necesitan compañía,
invitando a los transeúntes a seguir su camino. No hay dos gatos iguales al igual
que ocurre con las personas y eso me hace pensar que somos más parecidos de lo
que creemos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Una de sus orejas gira hacia una cercana
pared de ladrillo. Quizá algo se escabulle entre la hiedra y levanta la cabeza,
con sus ojos color miel buscando encontrarse con los míos. Parece decir: lo
siento, tengo que irme. Y lo comprendo. Como dos buenos amigos que ya se
hubieran tomado un par de cañas, es hora de retirarse, no sin antes decirse
hasta luego. Me maravilla este comportamiento, que un ser tan independiente
tenga el detalle de anticipar su siguiente deseo. No podría calificarlo de
traicionero, me digo mientras me alejo, quizá el problema venga de que no se toman
la molestia suficiente de entender sus gestos.</span></div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-45902178235195049052012-04-30T19:30:00.000+02:002012-05-01T00:33:43.665+02:00El bofetón de Europa<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Nos han dado fuerte y todavía nos
duele. Amarga medicina, de las pocas capaces de hacernos despertar del sueño de
querer ser lo que no somos, de querer vivir como no podemos permitirnos, de
querer aspirar a una categoría que no nos merecemos. El proyecto europeo quería
convertir en micro-potencias económicas a todos los países vecinos, pero una
cosa es querer y otra poder. Nos vendieron una nueva moneda como pasaporte infalible
hacia los estratos superiores de la economía mundial, la zona VIP del primer
mundo, y nos lo creímos. Pero, ¿quién diría ahora que en España dio resultado?
No soy una experta en materias económicas, pero como consumidora de esa moneda
me siento estafada y considero que la publicidad engañosa liderada por Centroeuropa
nos ha metido en un buen lío. </span><br />
<br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Quizá las directrices pensadas
para este proyecto tenían bases sólidas y fundamentadas, pero nadie pareció
tener en cuenta que no todos éramos Alemania. España, el país de la mano de
obra barata para las multinacionales francesas y germanas, con una economía basada
en el carbón, los productos de alimentación, los textiles y el turismo, no era
un aspirante preparado para sumarse a los grandes. Un país cuyo principal
escollo no era su estructura económica sino su mentalidad. El país donde somos
lo que tenemos y no lo que pensamos, el país del “Ande yo caliente, ríase la gente”,
el país donde el 90% de la población sueña con un puesto de funcionario y
acumular más “moscosos” en el calendario laboral que el vecino, no era un país
preparado para el cambio. Gestionar con la excelencia requerida los procesos
que habrían de llevarnos junto a la élite era una tarea que exigía unas
cualidades tales como inteligencia, esfuerzo, amplitud de miras, eficiencia y
constancia que nuestra clase política, bebiendo de la misma mentalidad, nunca
ha sabido demostrar. Una clase política vendida a los pactos con determinadas
minorías y autonomías, vendida al trabajo fácil, vendida al gasto que
proporcione votos, vendida a los intereses de los bancos, vendida al beneficio
personal de ocupar un cargo y no al bienestar de un país. Una clase política
que decidió cursar la carrera europea para después no asistir a clase y que
ahora nos hace responsables de su amplia cosecha de suspensos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Europa se nos atraganta cada vez
más y la situación actual me lleva a pensar que sólo nos ha servido a los españoles
para familiarizarnos con la palabra subvención y para viajar allí donde la
peseta no nos dejaba llegar. Confío en que terminemos aprendiendo de las
lecciones que da la vida, la de ahora “El éxito sólo está al alcance de unos
pocos y, con contadas excepciones, para quien lo trabaja”, y que antes de
volver a lanzarnos a la captura de un sueño pensemos seriamente si tenemos la
mentalidad apropiada para acometerlo y aptitudes para conseguirlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-84867971774408314292012-04-16T18:11:00.001+02:002013-02-18T22:29:46.947+01:00Guinea no entiende al Pocero<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">El constructor <span style="color: black; mso-bidi-font-style: italic;">Francisco Hernando Contreras, popularmente conocido como “El Pocero”, vive una vida de cuento y no es una frase hecha. S</span>alido de la nada, sin estudios ni formación, protagonizó primero “Jack y las judías mágicas” al comienzo de los años dorados del ladrillo en España. Poco después encarnaría al mismísimo “Rey Midas” en plena dilatación de la burbuja inmobiliaria. Por último, y curiosamente, se vestiría de joven aldeana para producir y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>protagonizar no una, sino dos versiones distintas del cuento de la lechera. Una versión española, ambientada en <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Seseña, en la provincia de Toledo, durante los últimos coletazos del sueño inmobiliario; y la otra africana, en Guinea Ecuatorial, persiguiendo, ávido de fama, el reconocimiento de su talento a nivel internacional.</span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">Talento que los críticos guineanos no han sabido reconocer y es que, pese a cuatro largos años de rodaje, el trabajo realizado por el ilusionado Francisco, Paco “El Pocero”, no ha calado hondo en sus corazones. Tachado de “poco serio”, su proyecto sobrepasaba los límites de audiencia y el entendimiento de las autoridades que no han tenido pelos en la lengua a la hora de definir como “fantasma” el largometraje.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;">El equipo y el propio Paco, todavía se preguntan cómo pueden ser tan decisivos los aspectos culturales a la hora de promocionar un proyecto de este tipo y es que, mientras que en España<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se les tendió una alfombra roja bajo sus pies, en Guinea Ecuatorial les han hecho morder el polvo. Esto último ha provocado que circulen serias críticas acerca del poco criterio que existe en nuestro país a la hora de conceder sin más el visto bueno a este tipo de proyectos, inviables desde un punto de vista práctico y funcional, y que muchos hayan empezado a asumir que Guinea Ecuatorial nos ha dado una lección a los españoles. Mientras tanto, no se puede asegurar con certeza que Paco planee apearse del burro, ya que quienes le han visto todavía sobre él, apuntan a una posible secuela del Quijote llamada “El no menos ingenioso escudero Sancho Panza”, cuya trama giraría en torno al sueño de la sobreurbanización de la Ínsula de Barataria. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;">Más detalles en:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Calibri;"><span style="mso-spacerun: yes;"><a href="http://economia.elpais.com/economia/2012/04/15/actualidad/1334522127_846615.html">http://economia.elpais.com/economia/2012/04/15/actualidad/1334522127_846615.html</a></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-10314123877081003422012-03-25T00:20:00.001+01:002012-04-16T22:31:02.589+02:00Jazz en el desván<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Tarde de concierto. Al abrigo de cuatro paredes decoradas con la cartelería de Alfons Mucha y el murmullo desenfadado de quienes ya han encontrado una silla o taburete donde reposar, Consuelo, la entrañable rueda que mueve el engranaje que da vida a El Desván, nos arranca de la barra para ofrecernos una mesa cerca de los artistas. Es la tarde de “Jazz entre amigos”, y entre amigos hace que uno se sienta.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Codazo por aquí, bolsazo por allá, el abrigo no sé donde se me ha enganchado y llegamos al sitio que Consuelo nos señala y en efecto, existe una mesa, pero el problema es que no sólo está cerca, sino que además le sirve al saxofonista para dejar su clarinete a la espera de hacerle entrar en escena, con lo que me encuentro ante mi primerísima real experiencia de Jazz en vivo, por ser demasiado vivo quizá. La música suena literalmente ante mis propias narices y la excesiva cercanía me proporciona puntos de vista inesperados que en vez de entretener mi oído, obsesionan a mi cabeza. Para mi asombro, noto con profunda ansiedad como la cabeza del joven saxofonista se hincha hasta el cuello tomando un intenso color rojo asfixia al tiempo que varias gotas de sudor se desprenden de su frente haciendo que la elegancia del momento quede rota en ese instante. Sus dedos trabajan nerviosos de un lado a otro, apretando extrañas protuberancias metálicas a tan sólo cincuenta centímetros de mí y termino por centrarme en su instrumento. El de metal, claro. </span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Curioso diseño el del saxofón. Su acompañante, el contrabajo, se me antoja el abuelo férreo del violín, sangre de su sangre, como el principio y final de una sucesión de matrioskas, pero el parentesco de este otro me resulta difícil de imaginar. ¿Un clarinete retorcido? ¿Cómo se llega a esto? Alguien encuentra una vieja tubería doblada, un inquieto hojalatero de barrio tal vez, y deduce que con unas clavijas por aquí, unos agujeritos por allá, una boquilla y varias pequeñas tapas móviles, hogerhandens klaffar, todo ello terminado en un bonito tono dorado, se consigue un vanguardista instrumento musical. Eso es creatividad, amigos, imaginar algo así de enrevesado, revirado e intrincado, y conseguir de sus metálicas entrañas sonidos agradables al oído resulta admirable. Qué logro el saxofón, aunque si hablásemos de la trompa tendríamos que quitarnos el sombrero, las orquillas y hasta la peluca quien la lleve.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><em><span style="color: #783f04;"> <span style="font-family: Calibri;">Querido Adoplh Sax, ahora conozco tu historia pero tu obra me sigue pareciendo más genuina en manos de un hojalatero de barrio.</span></span></em></div><div style="text-align: justify;"><em><span style="color: #783f04;"> </span></em></div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-25821888560628887912012-03-04T21:57:00.000+01:002012-03-04T21:57:53.376+01:00Lágrimas en Maqueda<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Sentada sobre una vieja chaqueta y con la espalda apoyada contra una pared, quince minutos antes nos había preguntado educadamente la hora. Quince fueron tan solo los minutos que había durado en mi cabeza su imagen de apacible y despreocupada lugareña disfrutando una tarde de sol. Al volver sobre nuestros pasos, y tras la segunda pregunta: “¿De dónde son ustedes?”, la soledad que la invadía encontró una inesperada vía de escape que no dudó en aprovechar. Cuánto tiempo llevarían rebotando sus palabras sobre sordos oídos para que un par de frases de inocente conversación, con unos completos desconocidos, la llevaran a desahogarse de tal manera.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Inocentes también nosotros por creer que una mujer de setenta años descansando al sol en las calles de su pueblo representa una imagen bucólica de inocente y envidiable felicidad. Nosotros los de ciudad, que nos hacemos dueños de los grandes problemas de la sociedad en que vivimos, nos olvidamos muchas veces de esa frase que dice “la procesión va por dentro”, y es que aquella mujer, con sus desgastadas zapatillas sin cordones, su falda descolorida y su deshilachada chaqueta de lana, era un pozo de amargura. Había pasado la noche sin luz, nos dijo, y ninguno de sus hijos se había acercado para encontrar la causa. A la mañana siguiente, tampoco la habían llamado para preguntar cómo se las había arreglado. Siempre estaba sola y olvidada, siete partos y años de dedicación a los suyos pero tenía que coger “la rápida” si necesitaba desplazarse a Talavera a ver al especialista. “Los que viven cerca están al paro y yo, con mi pequeña pensión, no tengo nada que ofrecerles. Por eso no me vienen a ver. No me traen a mi nieto tampoco. No tengo a nadie que me acompañe al médico”. Las lágrimas rodaban por su cara mientras yo me preguntaba si aún pensaría que los hijos son un regalo. Al mismo tiempo, me venía a la cabeza la reciente denuncia impuesta contra unos padres andaluces por prohibir a su hija adolescente salir de casa durante un fin de semana. A los padres se les presuponen unas obligaciones para con sus hijos, y la mayoría se adquieren por amor y vínculos de sangre para toda la vida, pero ¿qué hay de las obligaciones de los hijos para con sus padres?, ¿están quedando exentos de corresponderles?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Con frecuencia me pregunto si debería ser madre, si me veré con fuerzas para afrontar ese proyecto en unos años. Me inquieta pensar que mis logros profesionales dependan de ello, pero me aterra la perspectiva de concebir a una criatura capaz de sumirme en una mezcla de amargura y decepción como la de esos padres, o la de esa mujer que llora ante mí. Una mujer sumida en la soledad y en la miseria, una madre que muestra síntomas de haber empezado a cavar su propia tumba en el camposanto de la locura. Ese ha sido su regalo, dedicación y sacrificio a cambio de recibir en sus carnes el egoísmo que impera en esta sociedad nuestra. ¿Es eso lo que me espera?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Preocupados por su angustia y el desarrollo de la conversación, y sin apenas argumentos para consolarla, conseguimos arrancarle una sonrisa al decirla que no se preocupara demasiado por arreglarse el pelo para su visita al médico, que estaba guapa de sobra a pesar de los años. Y con un “La que tuvo, retuvo”, la dejamos como una adolescente maravillada ante su primer piropo. Su tristeza perduraría pero al menos esa noche tendría un pensamiento alegre que llevarse a la cama.</span></div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-18081281281364265182012-02-17T20:43:00.000+01:002012-02-17T20:43:46.769+01:00Al mal tiempo, buena cara<div style="text-align: justify;"> <span style="font-family: Calibri;">Se me pasa por la mente una de esas frases sin pies ni cabeza: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al mal tiempo, buena cara</i>. ¿Quién me puede explicar esto? Dicen que buena parte de la sabiduría popular se resume en nuestro refranero español, pero creo que dicho refranero debería revisarse de cuando en cuando para no caer en la inercia de aceptar sin más todo lo que oímos.</span></div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Si yo le dijera, con la mejor de mis intenciones, a cualquiera de las personas que hace cola a las seis de la mañana en las oficinas del INEM: “Oiga, al mal tiempo buena cara”, sin duda me partiría la mía. Y no creo que sea un problema de cultura o de contexto, sufrimos muy malos tiempos, sencillamente todo apunta al sinsentido de la frase. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Afronte con buen ánimo las adversidades de la vida</i>, viene a decir educadamente. Y yo me pregunto, ¿por qué? Tener optimismo es algo positivo, sin duda, pero no obligatorio. No se puede pretender que todo el mundo acepte las cosas de la misma manera. Como sugerencia podría entenderse, pero si la sugerencia pasa a formar parte de una colección histórica de frases con sentido educativo, a modo de mandamientos, entonces su significado se transforma en: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Acepte sin protestar los reveses de la vida</i>. Y esto molesta.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Resignación. Ignorancia y sumisión. Eso suena a vieja escuela católica, poner la otra mejilla. No se puede predicar la resignación y menos en los tiempos que corren. No estamos en un buen momento para utilizar este refrán, debemos ser prudentes y no recitarlo a menos que tengamos en cuenta su ambigüedad y gocemos de cierto sentido de la ironía. Entonces podríamos dirigirnos a personajes como Urdangarín y dedicarles, dentro de su contexto, un bien empleado: “Al mal tiempo, buena cara”.</span></div><div style="text-align: justify;"> </div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-60486879362384998142012-02-06T19:59:00.000+01:002012-02-06T19:59:13.716+01:00No traje traje<div style="text-align: justify;"> <span style="font-family: Calibri;">Qué buena cara tiene España, hay que reconocerlo, brilla, resplandece, goza de buen color y de buena salud. Se aprecia en los medios. No hay día que no encontremos una noticia reflejándolo. Vaya cara bonita, vaya lindísima caradura la de nuestros paisanos que no necesita ni un solo retoque de botox para lucir más bella. </span></div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Y como todo lo que tiene que ver con el aspecto de las cosas, despierta admiración y cierta envidia. Nos preguntamos continuamente cuál es el secreto de su éxito, ¿cómo lo harán? . El calvo consiguiendo trajes gratis, el rubio haciendo que trabaja pero cobrando como si se dejara los riñones y el club de la correa creando su magnífico fondo billonario de pensiones a corto plazo. Esto que nosotros sepamos, porque si supiéramos con más exactitud las características de sus logros, nos retorceríamos aún más por la envidia. Éxito rotundo, sin tacha y por si hubiera dudas, analizado punto por punto en los tribunales para garantizarlo, por si alguno osara desconfiar de su legitimidad.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Tanta publicidad y respaldo reciben que siento que el Gobierno quiere enseñar a los cinco millones de parados, a los que falta por sumar un millón de desempleados recibiendo formación para el empleo, cuál es el perfil de un triunfador respetable para que tomemos ejemplo. El problema es que entre las extensas ramas del frondosísimo árbol académico que nos hace sombra es muy complicado encontrar el Máster Excelentísimamente Homologado que se han hecho estos señores y así ponernos a su altura. Descartamos, eso sí, la rama de Derecho porque sólo ver cómo le han puesto las orejas de burro a Garzón queda claro que por ahí no es, pero deberían ser más concretos porque a golpe de indirectas no lo vamos a conseguir y el bienintencionado de Rajoy no logrará sacarnos del bache.</span></div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: #7f6000; font-family: Calibri;"><em>Extracto del juicio a Francisco Camps:</em></span></div><span style="color: #7f6000;"> </span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="color: #7f6000;">Juez: “¿Usted no nada nada?” <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div><span style="color: #7f6000;"> <span style="font-family: Calibri;">Camps: “No traje traje”<span style="font-size: 9pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></span></span>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-82167036472286007882012-01-24T21:55:00.000+01:002012-01-24T21:55:01.757+01:00Un mosso latino en CSI Nueva York<div style="text-align: justify;"> <span style="mso-bidi-font-style: italic;"><span style="font-family: Calibri;">La séptima temporada de la serie CSI Nueva York languidece y los guionistas flojean. En su último brainstorming, algún inspirado de flequillo a medio lado y gafas de pasta que decidió darse una vuelta por Barcelona durante sus vacaciones, planteó a los productores hacer referencia en el capítulo 12 a la exótica policía con la que allí se topó. Un toquecillo cultural para salir del pozo seco. Y entre exclamaciones de “Cool!” y “Brilliant!” se pusieron manos a la obra: que la glamurosa policía neoyorquina trabaje codo con codo con la variopinta policía española.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-style: italic;"><span style="font-family: Calibri;">Como intento de originalidad podría alcanzar un notable, pero estos norteamericanos suspenden una vez más en el trabajo de documentación. No supone ningún problema gastarse el presupuesto en diseño de interiores, vestuario y vehículos. América funciona a lo grande y la serie CSI se convierte en un escaparate de lujo, belleza y poder. El espectador nunca perdonará que la policía de Miami no se desplace en los ostentosos Hummer, pero si les colamos tres cubanos que se hagan pasar por españoles ni lo notarán, tiempo y dinero que nos ahorramos. Y ahí nos colocan a un Héctor Vargas haciendo de mosso d’escuadra desplazado para investigar la muerte de su sobrino, a un Miguel Martínez haciendo de víctima y a su novia, Natalia Sánchez, haciendo gala de los mismos rasgos latinos que los anteriores. ¿Cómo no van a señalar Méjico en el mapa cada vez que se les pregunta por España? ¿Qué más da cubanos, mejicanos o españoles?</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;"><span style="mso-bidi-font-style: italic;">Yo me imagino al creativo anteriormente descrito intentando rizar el rizo, proponiendo añadir algo de atrezo a la víctima para recalcar sus raíces. Algo como un carnet de socio de algún equipo deportivo, colocado en la cartera que los CSI neoyorquinos examinarán en el escenario del crimen y que se verá en primer plano. Es entonces cuando recuerda en la suya una tarjeta de un restaurante español,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que recientemente le han recomendado por su marmitako de atún, y decide llamar para documentarse de primera mano. El resultado es digno de ver en pantalla, el encargado cachondo del restaurante debió decirle: “¿Uno de Barcelona? </span><span lang="EN-US" style="mso-ansi-language: EN-US; mso-bidi-font-style: italic;">¡Del Athletic Club sin duda!”<o:p></o:p></span></span></div><span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><a href="http://www.vozbcn.com/2011/01/21/53344/mossos-esquadra-llegan-csi/"><span lang="EN-US" style="mso-ansi-language: EN-US;"><span style="color: blue;">http://www.vozbcn.com/2011/01/21/53344/mossos-esquadra-llegan-csi/</span></span></a></span>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-87010531042121163542012-01-17T19:33:00.000+01:002012-01-17T19:33:51.519+01:00El Doctor Vallejo<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Estoy resfriada. Me duelen la cabeza y las cuencas de los ojos, mi nariz sufre goteras y mis huesos pesan más que de costumbre. Tengo el cuerpo destemplado, impaciente por estornudar como protesta ante el más ligero cambio de temperatura a su alrededor. No tengo una infección terminal pero estoy muy molesta, tolero los síntomas pero me sobrepasa que precisamente en un día como hoy, en un momento como éste, tenga que salir forzosamente a la calle bajo una desapacible lluvia acompañada de vendaval. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Mala suerte, Ley de Murphy, o mala follá, que diría un andaluz. Siempre que mi organismo me da la patada lo hace en el peor momento. Decide que sea un día festivo, sin una farmacia en las inmediaciones y con los ambulatorios cerrados, o bien uno de esos en los que la meteorología juega en tu contra y no puedes permanecer en casa. Atrás quedaron aquellos años en los que ponerme enferma significaba disfrutar de una semana de permiso escolar al calor de las mantas, gozar de plena atención en mi casa, zumo de naranja recién exprimido cada tres horas y la visita de alguna compañera de E.G.B., la siguiente que se pondría enferma, que me explicaba los deberes mientras las madres se tomaban un café. Todo se curaba con Ardine y al terminar el proceso gripal medía un centímetro y medio más. Casi todo ventajas porque el único inconveniente era la visita al médico. Aún con cuarenta de fiebre y mareada, había que salir a la calle. Mi madre me forraba de prendas de abrigo cual maleta de aeropuerto, como si temiera que además de coger frío fuera a golpearme, y disfrazada de pelota me llevaba, por una sucesión de calles que a mí se me antojaban interminables, hasta la consulta del Doctor Vallejo. Mi querido Vallejo, un sesentón canoso, bajo y corto de vista, con gafas de cristales amarillentos, sin paciencia para los infantes, que te hundía un palo plano de pino hasta el fondo de la garganta mientras te pedía que dijeras “Aaaaa” cuando a mí solo me salía un “Arggg” mal articulado que más bien era una arcada. Pero me recetaba el Ardine, llevándose con seguridad una buena comisión de algún visitador médico, y eso significaba que ya podía volver de nuevo a mi condición de princesa bajo las mantas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">Ahora sencillamente no voy al médico, porque tras la jubilación del Doctor Vallejo llegó el joven Doctor Morán cuyas visitas resultaban desmoralizadoras. No comulgaba con ningún medicamento y siempre decía: “Dele paracetamol si le sube la fiebre y que tome mucho líquido”. Aquel fue el fin de los sobres de medicina con sabor a naranja y el jarabe para la tos. Desde entonces recuerdo su fórmula y me mantengo a base de infusiones. Tomillo, romero y eucalipto. Descubrí que tanto resfriado como gripe siguen siempre el mismo proceso, poco o nada con que combatirlo, es algo por lo que hay que pasar y punto. Y como hoy toca pasarlo fuera de casa, tendré que abrigarme con sentido común porque espero de corazón no parecer una pelota.</span></div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3919978601952063220.post-502497524652353762011-12-23T14:00:00.000+01:002011-12-23T14:00:16.348+01:00Noches-buenas por cojones<div style="text-align: justify;"> <span style="font-family: Calibri;">Ya está aquí la Nochebuena, temblad. ¿Lo tenéis todo a punto? Los mariscos y pescados apretujados en el congelador, los turrones alejados del calor de la calefacción, las servilletas y manteles con dibujitos de acebos y sonrosados santa-claus en el cajón del aparador… Parece que sí, que desde que en Octubre aparecieron las primeras cajas de polvorones a granel en los supermercados nos ha dado tiempo de pensar en todo. Nos hemos aprovisionado, nos hemos repartido: “La Nochebuena con la tía Nines, la Nochevieja en casa de los abuelos”, nos hemos concienciado: “Cenaremos algo ligerito, cochinillo, porque sino la comida de Navidad a base de chuletón de buey…”. Sí pero, ¿habéis pensado a qué vais a jugar tras los brindis?</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">La familia se reúne, casi a la fuerza y ha de pasárselo bomba de manera obligada. Inventamos los regalos de Papá Noel para salvar la sobremesa. Resultaba entretenido jugar con las emociones de los peques, algunos hasta temblaban de miedo cuando el primo Alberto se disfrazaba torpemente de Papá Noel con un disfraz de los chinos, comprado seguramente para alguna despedida de soltero, y se dejaba ver en la penumbra del jardín simulando cargar un saco de regalos, cuando lo que hacía era aprovechar para tirar la basura. Cómo nos divertíamos observando al pobre Dieguito temblar y susurrar “Lo he visto, lo he visto“, mientras sus padres corrían a apilar regalos junto al árbol aprovechando el shock de su hijo. Y en unos minutos el suelo se llenaba de jirones de papel de regalo, cochecitos de algún parking y accesorios de los Playmobil que el ingeniero de la familia se apresuraba a confiscar diciendo “Tranquilos, ¡esto ya lo monto yo!” Y así volvía a sentirse niño por unas horas y dejaba a Dieguito sentado a la espera mientras él se lo pasaba bomba. Los críos nos servían de entretenimiento y nos daban un buen rato, ¿pero qué pasa cuando ya han crecido? ¿Qué nos inventamos ahora?</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Calibri;">La tele dice que juguemos, que la familia que juega unida, se mantiene unida. Como los Urdangarín, que llevan años jugando a “Atrapa un millón” y bien felices que se les ve, tan a gustito están que no piensan pasar por la Zarzuela este año a aburrirse con los mayores. La familia que no juega no pasa una entrañable Nochebuena, la familia que no juega no es feliz, es una birria de familia comparada con la del vecino que tiene una Wii, así que nos recomiendan que compremos una consola y cuatro mandos para hacer bailar a la abuela o competir con nuestros padres a ver quien infla antes un globo virtual. Es genial que trescientos euros entre consola, mandos y accesorios te permitan restregarle a tu padre que inflaste un globo antes que él. Y para los que anden un poco apretados de pasta también hay esperanza, recomiendan los tradicionales juegos de mesa, cincuenta euros a lo sumo. Un Trivial, un Scene it o un Sálvame Delux, harán las delicias de toda la familia tras la cena y veinte copas de champán, porque si no se deja la vergüenza ahogada, no juega ni Dios.</span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="color: #7f6000; font-family: Calibri;">Juguéis o no juguéis, os deseo una buena noche en esta de Nochebuena. Y al Rey, me gustaría decirle que se abstenga de tocar una Wii porque si ya tuvo problemas con una puerta, no quiero ni pensar lo que podría pasarle con uno de esos endemoniados mandos…</span></div><div style="text-align: justify;"> </div>Elena Cepedahttp://www.blogger.com/profile/01337233216689329757noreply@blogger.com0